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sábado, 7 de mayo de 2011

REFERENDO EN ECUADOR, NUESTRO PRONUNCIAMIENTO

Según Ecuavisa, en el referendo ganó el Sí. La enmienda 8 obtuvo también el Sí. (Sí 57,7% - 'No' 42,3%).

La enmienda 8, que prohíbe el asesinato de animales en espectáculos públicos y juegos de azar, entre otros fue aprobada por los votantes Ecuatorianos. La muerte y la crueldad en Ecuador se acaba. Los mismos taurinos consideran que las corridas de toros, y estos espectáculos sin la muerte del animal, no son su tradición y son 'aburridas'. Este espectáculo terminará, este es el golpe más duro que se les puede dar. Así mismo se acabarán las peleas de gallos, las peleas de perros, entre otras.

En cuanto a esta enmienda nos pronunciamos, y estamos totalmente de acuerdo, celebramos que haya ganado el SÍ y Felicitamos al Presidente Rafael Correa, y al pueblo que votó por el Sí. Sólo nos queda esperar un referendo Antitaurino en Colombia, y tomar el Ejemplo de nuestro vecino país.


LA VANGUARDIA.COM PUBLICA :

Ecuador vota en referéndum la prohibición de los toros

La consulta apunta también a refundar el poder judicial y a controlar los medios de comunicación


No es la más trascendente de las diez preguntas que hoy contestan los ecuatorianos en referéndum, pero quizás sea la más simbólica. Si las encuestas aciertan, Ecuador prohibirá las corridas de toros como se las conoce hoy, es decir, con la matanza del animal. Sin embargo, el espectáculo podría continuar si se respeta la vida del toro, por lo que la fiesta españolaquedaría igualmente tocada de muerte.

El referéndum, fuerte apuesta del presidente Rafael Correa para reafirmar su liderazgo, mezcla propuestas de reforma constitucional con cuestiones más morales como la crueldad con los animales o la prohibición del juego.

“¿Está usted de acuerdo que en el cantón de su domicilio se prohíban los espectáculos que tengan como finalidad dar muerte al animal?”, reza el enunciado de la pregunta, que también afecta a otros crueles espectáculos arraigados en Ecuador, como las peleas de gallos y de perros.

Aunque el país se juega cuestiones tan importantes como el control por el gobierno del poder judicial o los medios de comunicación, el debate sobre el futuro del toreo ha sido uno de los más apasionados de la campaña. La prohibición aprobada por Catalunya ha servido de argumento para los antitaurinos, así como la asimilación del toreo con una fiesta colonial, que entronca con el discurso anticolonialista de Correa.

El Tribunal Constitucional eliminó de la pregunta original, por considerarlo capcioso, el siguiente preámbulo: “Con la finalidad de evitar la muerte de un animal por simple diversión”.

La prohibición de la fiesta contaría con el apoyo del 61,2% de la población, según la encuestadora Cedatos. Estos porcentajes serían similares a la media de las diez preguntas del referéndum, con lo que el mandatario obtendría una significativa victoria.

Al principio, Correa pretendía prohibir totalmente las corridas, pero luego flexibilizó su postura e introdujo el concepto de la muerte del toro, aunque en las justificaciones del gobierno se habla también de evitar las torturas a los animales. Así pues, los ruedos podrían seguir activos si no se mata ni maltrata al toro.

El propio vicepresidente de Ecuador, Lenin Moreno, reconoció ser aficionado a las corridas, aunque no estaba de acuerdo con estaquear a los toros. Ahora, el torero ecuatoriano Álvaro Samper pide a Moreno que devuelva los trajes de luces que le regalaron El Fandi y Sebastián Castella, matadores granadino y francés, respectivamente. “Asiste a muchos festejos taurinos, a tentaderos en el campo, yo he estado con él y es, más bien dicho era, un buen aficionado”, declaró Samper. Al ser convocado, las dos preguntas más trascendentes del referéndum provocaron una división en el Gobierno, con la salida de varios ministros y un resquebrajamiento de la coalición izquierdista que apoya a Correa.

El presidente pretende refundar el poder judicial, al que acusa de ineficiente y corrupto, y propone sustituir durante 18 meses el Consejo de la Judicatura por una comisión –afín al Gobierno– que reforme el sistema.

Otra de las preguntas controvertidas apunta al control de los medios, pues se crearía un organismo que regularía los contenidos de “violencia, explícitamente sexuales o discriminatorios”.